jueves, 20 de agosto de 2009

Destierros

A veces simples muros o alambrados, en otras oportunidades estructuras complejas, fronteras, cárceles… En la historia siempre se ha intentado esconder bajo la alfombra a quien molestara a los jerarcas de turno y los poderosos de siempre. En la Argentina muchas veces se intentó una variante más simple: la insular. Aunque muchos recordaremos ejemplos similares en otras partes del mundo y en todos los tiempos. Hubo y hay miles de variantes del destierro en la historia, exilios forzosos que intentaron siempre apagar las luces de las ideas y la libertad. Aunque por suerte, como se dice popularmente, el Sol no puede ser tapado con las manos.

La isla no aisla

Por Ceci Castillo

Parece ser que en nuestro país las islas generan una sensación fantástica, donde los problemas se esfumarían con tan sólo pisar ese suelo isleño. Se cree que en ellas se puede hacer aparecer o desaparecer sentimientos e ideales: un pedazo grande de tierra y agua alrededor fueron los elementos principales de la teoría implementada hace años atrás: “Las islas de las fantasías”.

Con la teoría de la “isla fantástica” no sólo se pretendió, fomentar mentiras y un nacionalismo apócrifo, sino que con ella vino aparejado un segundo experimento: “el cuerpo no está, la idea tampoco”. Para entender esto nos tenemos que ir un poco en el tiempo y movernos geográficamente hasta la isla Martín García.

En 1516 el navegante español, descubridor del Río de la Plata, Juan Díaz de Solís viajaba junto a sus marineros en su gran barco, pero uno de ellos, para ser más exacta, el despensero de la expedición falleció a bordo. Al desembarcar en una nueva tierra encontrada decidieron enterrar el cuerpo de este hombre, lo que le dio el nombre a la isla: el que había muerto era Martín García…su cuerpo murió y su nombre quedó sellado en esta porción de tierra.

Un cuerpo en un isla…un don “X” llamado Martín García que nadie conoce, entonces: se prendió la lamparita, porque si un señor pudo ser enterrado en una isla y nadie, nunca más, preguntó por él, entonces era probable (para algunos pocos inteligentes y que subestimaron a los argentinos) que alejando, o mejor dicho, que si la imagen corporal de un líder desapareciera, sus ideas se irían con él.

Así fue como en Martín García se construyó una inmensa prisión para los políticos que molestaban (Ya desde 1765 que funcionó como cárcel y lugar de reclusión, así como también fue el escenario de batallas).

Uno de los primeros que visitó la isla entre rejas, fue el ex presidente Hipólito Yrigoyen: en 1930, durante su segunda presidencia, fue depuesto por un golpe de estado encabezado por José Félix Uriburu, y enviado detenido a Martín García. Pero luego, aunque fue indultado y pudo regresar a Buenos Aires, en 1932, durante la presidencia de Agustín P. Justo se decretó el Estado de Sitio, y muchos dirigentes políticos fueron detenidos: Yrigoyen fue encarcelado , nuevamente, en la Isla.

Otros de los enviados a Martín García fue Marcelo Torcuato de Alvear (Presidente argentino entre 1922 y 1928) que a pesar que era de la fracción de la UCR contraria a Yrigoyen, llegó al poder gracias al apoyo de su gran opositor. Cuando Alvear fue enviado a la isla, su mujer y médico personal lo acompañaron, y aunque parezca un poco raro: pidió que trasladasen el inodoro de su casa ya que para él era especial.

Dejamos los 30 para irnos a mi 1945: el 13 de octubre, día en que Perón fue llevado detenido a Martín García. Con esta detención tenemos una prueba clarísima que la teoría de la isla fantástica no funcionaba, porque a pesar de que alejaron su persona física, su imagen siguió tan latente, que a tres días de su detención, una multitud se reunió en la Plaza de Mayo para pedir que lo liberen….y lo logró.

El que ocupo el sillón presidencial durante el 1 de mayo del 58 y marzo del 62 fue Arturo Frondizi, gracias a un pacto secreto que hizo con Juan domingo Perón, en donde el General haría que sus seguidores lo voten, y Frondizi terminaba con la prohibición del peronismo. El pacto que hizo que asuma, fue también su pase a la detención en la isla del tigre: en 1961 terminó con la exclusión de los peronistas en las elecciones. Con la vuelta del peronismo, las Fuerzas Armadas se vieron en desventaja, entonces le exigieron a Frondizi que anulara las elecciones e interviniera en las provincias donde el peronismo había salido victorioso. Luego de hacer todos los deberes, el entonces presidente, fue derrocado por un nuevo golpe y enviado a Martin García. Aunque estaba detenido, promovió la creación de un frente entre la UCRI y el Justicialismo, pero esta alianza fracasó ya que un sector mayoritario de su partido no estuvo de acuerdo con este acercamiento entre ambos sectores.

Pero no sólo la isla Martín García fue una de las ratas de laboratorio para experimentar sobre la teoría fantástica.

En 1982, el Señorito Leopoldo Galtieri levantó su pulgar derecho y mando a las tropas argentinas a recuperar las islas Malvinas. Ahora: ¿Por qué podría referirme a las Malvinas como una isla de fantasía? Porque fue en ese momento en que se pretendió unir algo que estaba totalmente roto, a partir de un sentimiento patriótico mentiroso. Se intentó tapar la olla que hervía impunidad y autoritarismo extremo, para generar una respuesta de aplausos a esos perversos Señores de Verde.

Se puede decir que hasta cierto punto esta fantasía cruzó el límite hacia la realidad: el 2 de abril una gran cantidad de gente se reunió frente a la Plaza a aplaudir el “coraje” y a mostrar su orgullo ante la decisión de pelear por estas islas… Sí, la pelea por la soberanía sobre un cacho de tierra fue aplaudida por los que hoy mantienen un discurso injustificado y falso (hasta cierto punto macabro): esos que no abuchearon la tortura, el asesinato y la desaparición a miles de mujeres y hombres.

Pero esta fantasía vestida de verde no duro mucho…y la hipocresía civil ¿tampoco?

Y si hablamos de hipócritas y de discursos extremadamente espantosos y racistas podemos nombrar al Cardenal Antonio Quarrancino: ¿Quién fue este hombre? Fue un cardenal de la Iglesia argentina nombrado Obispo de la localidad de 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, por el Papa Juan Pablo II. Se opuso a las políticas de Alfonsín, y criticó a este gobierno por los funcionaros corruptos (a su criterio), y fue un amigazo del patilludo Menem, mostrando su contento ante los indultos a los militares de la dictadura del 76.

Su sonrisa concordaba con su pensamiento, y en 1994 su posición fascista y racista se hizo visible en sus dichos en un programa del entonces llamado ATC, el canal de TV del Estado: “a los homosexuales habría que enviarlos a vivir a una isla desierta donde tengan sus propias leyes, religión y orden social” disparó el prelado. Pero, dos años después…no se arrepintió sino que describió a la homosexualidad como “una sucia mancha en el rostro de la Nación, una desviación de la naturaleza humana como la bestialidad”.

Quarrancino, Uriburu, Galtieri, y todos aquellos que creyeron que el alejar trae aparejado el hacer invisible, estuvieron realmente equivocados, y hoy lo podemos comprobar.

Podemos ver que la teoría de la isla fantástica una vez aplicada, a la larga (y a la corta también), no resulta… ya que los valores y convicciones no desaparecen porque una imagen se destierre.

Sólo Peter Pan pudo mantener su País de Nunca Jamás…una especie de isla donde la fantasía pisa tan fuerte, que lo real queda tapado. Pero aquí, y por suerte, las islas no aíslan.

Contacto: sadarim.miradas@gmail.com